Moda y cultura en Cuba: Un emprendimiento del sueño a la realidad.

 Entrevista de Mario Vizcaíno Serrat a Shanaya Herrera, dueña de Mai Mai.

November 26, 2024

“Tengo confianza en que MAI MAI no quebrará. Además, va a ser sostenible a largo plazo porque no paro de buscar los medios y las formas de que crezca”.

Si el éxito de su proyecto dependiera de su ímpetu y optimismo, la marca de arte y moda MAI MAI, que la cubana Shanaya Herrera impulsa hace tres años para jóvenes artistas e industrias creativas, fuera un boom dentro y fuera de la isla.

Pero en los asuntos de economía y sociedad las cosas no son tan simples en Cuba. El objetivo de impulsar, ayudar y visualizar el arte emergente mediante el comercio de productos choca con obstáculos fuertes, de modo que la empresa de esta muchacha de 23 años se debate entre su capacidad de reinventarse cada día, el talento y los deseos de los artistas involucrados en su firma y una confianza que se pasan unos a otros en cuanto al futuro más cercano de este proyecto.

Con el nombre tomado de la cultura hindú, donde la palabra mai se usa  para referirse a la madre de manera cariñosa, Shanaya utilizó dos veces este vocablo, con letras mayúsculas, para reafirmar el sacrificio, el amor y la conexión vital entre generaciones que se asocian con las madres y, a la vez, buscar que relacionen ese simbolismo con su marca: MAI MAI.

Tuvo el impulso inicial y privilegiado de contar con el asesoramiento de Cuba Emprende, un proyecto de la Iglesia católica cubana dedicado desde hace diez años a formar a ciudadanos con interés en tener sus propios negocios. Y desde entonces se ha dedicado a hacer evolucionar su programa, a pesar de las piedras que ha encontrado en el camino de hacer de MAI MAI una gran empresa de promoción y venta de arte.

Sentada cerca de la piscina del hotel Catedral, en la zona vieja de La Habana, Herrera recuerda que sus primeros pasos en el arte los dio bastante joven. Fue en la fotografía, con una línea comercial y otra más artística en paralelo.

“Busqué espacios para mostrar esas obras en 2021 y me fue muy difícil porque si los había yo no los conocía, y cuando encontraba alguno, desacreditaban mi trabajo, no me conocían y yo no venía de una familia artística ni pudiente. Tampoco tenía contactos en ese mundo. Era una huérfana en el universo del arte. Me dijeron mucho que mi fotografía no tendría éxito, que me pusiera a hacer fotografía callejera”, dice y ríe a continuación con una mezcla de ironía y ternura, la misma con la que explica que está cursando la carrera de Artes Visuales, en una modalidad para trabajadores, en la Universidad de las Artes, el antiguo Instituto Superior de Arte, en La Habana.

Antes estudió un poco de Matemática y Biomédica, pero las abandonó. Eso le provocó una crisis depresiva que la llevó a recluirse en su casa durante mucho tiempo, confundida y afligida.

“Entonces, decidí crear mi espacio”, nos cuenta. “Mi abuela, con 70 años y enferma, creyó en mis deseos de emprender y me apoyó mucho. Cogí mi lienzo de pintar y juntas hicimos carteras. Ella sabía coser y me enseñó; yo  les estampaba mis fotografías y salía con ellas a exhibirlas. Empezaron a gustar y la gente me compró varias. Pero yo no sabía que lo que estaba haciendo era un emprendimiento.

“Comencé a entenderlo cuando estaba pasando el curso de Cuba Emprende. También me ayudó una pasantía de diseñadora con BarbarA's Cuba, la marca de ropa, que me permitió ver desde dentro el funcionamiento de un negocio. Mostré mis carteras en algunas ferias y se fue transformando mi visión.

Busqué la forma de mostrar mi arte y obtener ganancias, y pensé que esto que hacía con mi obra podía hacerlo con los trabajos de otros. Entonces creé MAI MAI, una marca que representa a artistas de la moda, pertenezcan o no a instituciones, tengan o no recursos, lo que cuenta es el talento. Después de las ferias, en el segundo año logré consolidar el negocio. Obtuve mi licencia de trabajadora por cuenta propia (TCP) y se creó la tienda online (www.maimaiarte.com), donde mostramos los productos”.

¿Qué aprendiste en realidad con Cuba Emprende?

Allí aprendí a manejar las finanzas y la contabilidad, los contratos, a llevar los ingresos de mi empresa. Me enseñaron a armar organigramas, pero una de las cosas que más me ayudaron fueron las asesorías personalizadas porque me permitieron pulir y profundizar en todos los temas de los diferentes módulos que nos impartieron. 

¿Y con Barbara`s Cuba?

Aprendí cómo funciona un negocio de moda en la isla, considerando las dificultades económicas y de variado tipo aquí existentes. Aprendí detalles del diseño de vestuario, la confección, la elección del material, la prueba con los modelos, la promoción de las redes. Y también la preparación de un desfile de modas.

Cuando Shanaya tenía 7 años, su madre debutó como esquizofrénica. Ambas vivían solas y la adolescente se la vio muy difícil. Sin embargo, todos los retos que significó la compañía diaria de su madre enferma le sirvieron, golpe tras golpe, para desarrollar una serie de cualidades que, sin saberlo, iban a ayudarla en su negocio.   Por ejemplo, capacidad de tolerancia, control de sus emociones, posibilidades de buscar alternativas ante algo difícil y sin salida. “Y todo aquello me ayudó a esforzarme por entend

¿Cómo lograste tu capital inicial?

De mi fotografía. El dinero, muy escaso, que utilicé para imprimir las fotos en las carteras provenía de las fotografías que hacía con los artistas.

¿Cómo calificas la evolución de MAI MAI? ¿Ha sido fácil, difícil?

La conexión con el público y la posibilidad de apoyar a los artistas han evolucionado favorablemente. Si pienso en las ferias en las que participamos en el primer año, en el rebranding en el segundo año, en los desfiles que hemos hecho, en las ventas logradas, y en la comunidad que hemos alcanzado, hemos avanzado sustancialmente. La comunidad de MAI MAI son clientes, amigos, colaboradores, en La Habana y en otras provincias, y también fuera de Cuba. Hemos tenido ventas internacionales. Es una de las cosas más sólidas de la marca.

¿Y cómo te ha ido como líder de MAI MAI?

He cometido varios errores y horrores, la verdad. Pero esos errores me han hecho pensar mucho y me han servido como enseñanza para mejorar y crecer en el sector de la moda. Y, sobre todo, para evitar que se repitan. No es nada del otro mundo, son cosas humanas que a cualquiera le suceden. Lo que sí te aseguro es que cada día que pasa me siento más confiada en que más puertas se abrirán.

¿Qué obstáculos te impiden volar alto?

En tres años, no he logrado crear un fondo económico para la marca. El primer año fue, lógicamente, de prueba y error, el segundo, de inicio, y el tercero de esparcimiento y consolidación. Y en estas tres etapas no lo he logrado. Lo que yo vendo no es una necesidad urgente para el cubano, que es el público principal de MAI MAI, la demanda es menor que la oferta, debido al poder adquisitivo de la gente. Lo otro es el bloqueo estadounidense, que si no existiera, Shopify, una aplicación de venta para marcas internacionales, funcionara en Cuba y yo pudiera mostrar mis productos así. Tampoco puedo asociar la marca a tarjetas como VISA y Mastercard porque no lo permite el bloqueo.

Y en Cuba, ¿qué obstáculos encuentras?

La realidad cubana me afecta en muchos sentidos, pero voy a mencionarte tres cosas fundamentales que me hacen muy difícil el camino como emprendedora:

En primer lugar, la crítica escasez de transporte público me impide trasladarme a diferentes lugares de La Habana adonde tengo que acudir con frecuencia para echar a andar MAI MAI, y el transporte privado, más abundante, funciona a precios que a veces no puedo pagar.

En segundo, la ausencia de materia prima y los altísimos precios cuando la encuentras porque es importada, y eso eleva demasiado el costo de la producción.

Y en tercer lugar, la tasa de cambio de dólar-peso cubano tan alta e inestable, y eso hace que los precios se desordenen. El otro talón de Aquiles es el financiamiento, pues no he encontrado un socio que se involucre en el negocio.

¿Por qué no lo has conseguido?

Porque es difícil. No es tan fácil como algunos creen. En mi caso, ha habido informalidad de algunos potenciales inversores, pero sé que los encontraré e iré hacia adelante.

mujer de cabello oscuro y largo mirando a la camara

¿Has probado con posibles socios extranjeros?

Los he buscado, pero no he podido encontrar ninguno.

Explica cómo es la asociación entre los artistas con los que trabajas y tú, cómo es la repartición de las ganancias.

Hay diferentes formas de pago, casi siempre son las que ellos eligen, pero a veces, cuando les conviene, aceptan una promoción en la página y las redes sociales de MAI MAI, y acordamos el pago así. No hay una única forma de pago. Hay artistas que se promocionan en nuestras redes y cobran así.

Con todas estas dificultades, ¿te sientes segura?

A pesar de estar en números rojos, tengo confianza en que MAI MAI no quebrará. Además, va a ser sostenible a largo plazo porque no paro de buscar los medios y las formas de que crezca.

En esa afirmación hay mucho de confianza en ti misma.

Y de resiliencia porque, como pasó con la fotografía, lo lograré, y lo lograremos, porque además estoy enfocada en encontrar un socio económico.

¿Y no has pensado en cambiar de proyecto?

He pensado en otras ideas que puedan desarrollarse financieramente a mejor ritmo. Pero eso pudiera desvincularme de mi objetivo principal. Cuando una persona está en varias cosas, todo lo hace a medias.

¿Sigues trabajando como fotógrafa independiente?

Por supuesto. En estudio y exteriores. Además de los artistas con los que trabajé en los inicios de MAI MAI, lo he hecho para sesiones de fotos corporativas, comerciales, embajadas, también para campañas de modelos.

Desde tu experiencia de tres años como emprendedora, ¿qué le recomendarías a quien va a montar un negocio en Cuba?

Que tenga pasión. Que no crea en obstáculos, que estos son a veces solo personas que te dicen: ¿estás segura de que esa ropa te queda bien?, ¿estás segura de que te gusta esa comida? Quien quiera emprender debe trabajar mucho sobre sí mismo porque uno puede tener mucha pasión por la fotografía, la medicina o el periodismo, pero por ejemplo, un periodista debe conocer si su capacidad es útil como director de una revista o como reportero. Entonces, hay que conocerse.

Yo aspiro a proyectar a MAI MAI como una marca nacional e internacional que represente a los artistas y cree un estampado propiamente cubano que pueda reconocerse con identidad de cultura cubana en cualquier país del mundo.

La moda en Cuba se ha degradado. Sin embargo, con los buenos diseñadores que hay en este país, estoy convencida de que, aun con pocos recursos, se puede crear una línea autóctona y de identidad cubana. Convertir el arte en estampado y este en diseño y vestuario. En moda.

Me gustaría, desde MAI MAI, filtrar todo el talento artístico posible relacionado con la moda y mostrar al mundo el trabajo de todos, representativo de la cultura cubana.

hombre portando gafas y mirando hacia arriba con camisa negra

Mario Vizcaíno Serrat. Pinar del Río, 1964. Graduado de Periodismo por la Universidad de La Habana, en 1988. Comenzó su carrera profesional como corrector de prensa, en el periódico Guerrillero, de Pinar del Río. Ha sido reportero de la agencia de prensa internacional Prensa Latina, periodista del Instituto cubano del cine, jefe de redacción y director de la revista Alma Mater, reportero de la emisora Radio Progreso. En este momento es jefe de redacción de Palabra Nueva, revista de la Arquidiócesis de La Habana. 

Es autor del libro Portarretratos a la deriva, volumen de 11 entrevistas a artistas cubanos (Extramuros, 2011), y el compilador de Memorias del Alma Mater, volumen en el que 33 intelectuales evocan su paso por las aulas de la Universidad de La Habana desde la década de 1930 (Ediciones Loynaz, 2018).