Cuba y Vietnam: estrategias y resultados recientes
Omar Everleny Pérez Villanueva
Los líderes vietnamitas demostraron un pensamiento estratégico muy avanzado. Por contraste, el liderazgo cubano continúa defendiendo un modelo arcaico y empobrecedor, el factor principal de la profunda crisis.
A partir de 1993, en el momento más complicado de la crisis económica —etapa llamada Período Especial—, Cuba comenzó un proceso de transformaciones económicas que le permitió recuperarse del deterioro de los principales indicadores macroeconómicos.
En ese avance hubo una mano invisible: la introducción ligera de elementos de economías de mercado. Después se produjeron frenos a esa apertura y los resultados no fueron los esperados. Entre 2015 y 2019 se observó una contrarreforma en el modelo de socialismo de Estado imperante en ese momento.
Después de la pandemia de la Covid 19, que afectó a casi todo el planeta, en 2021 Cuba comenzó un nuevo proceso de actualización económica en el que los resultados no fueron los esperados —en realidad, nefastos—, y en el que el estandarte ha consistido en insistir en la necesidad de la empresa estatal socialista, a diferencia de la experiencia vietnamita.
En Cuba hay un marco ideológico que tiende a castigar el exceso de éxito productivo del sector privado. Se mantiene la frase de que el principal sector de la economía cubana es la empresa estatal socialista, a pesar de sus demostrados fracasos en los indicadores económicos.
Por su parte, desde 1986 Vietnam emprendió su proceso de reformas conocido como Doi Moi. Comenzó con ideas muy precisas y claras: el mercado debía servir para el logro de resultados positivos en la economía y por consiguiente el incremento del bienestar del pueblo.
Aquellas reformas iniciales comenzaron bajo un embargo de los Estados Unidos en medio de la perestroika y de las secuelas de una guerra que dejó al país devastado.
La economía vietnamita quedó profundamente afectada por esa guerra que terminó en 1975. Las interrupciones de la energía eléctrica, la destrucción de instalaciones industriales, la escasez de mano de obra y las dificultades logísticas provocadas por los bombardeos ralentizaron severamente la actividad industrial y agrícola.
Hanoi declaró en su momento que las principales ciudades, comunas, centrales eléctricas, obras hidráulicas, ferrocarriles, carreteras y puertos fueron gravemente dañadas o destruidas.
El saldo humano fue catastrófico: más de tres millones de muertes, centenares de miles de lisiados, huérfanos y viudas, así como un éxodo de profesionales y trabajadores calificados. Se perdieron más de 400,000 cabezas de ganado. Miles de kilómetros cuadrados de superficies agrícolas quedaron dañados.
El punto de partida de la reforma vietnamita ocurrió en condiciones más duras que las que atravesaba Cuba cuando comenzó su reforma en los 90.
En ambos países rigen sistemas socialistas. El Partido Comunista está al frente del gobierno y la sociedad. Sin embargo, en ambos son casi diametralmente opuestos los resultados económicos.
La pregunta entonces es por qué si los dos tenían puntos de partida similares en su modelo socialista, y si Vietnam atravesó una devastación total de su territorio, ahora presenta indicadores dignos de admiración y Cuba se encuentra en una lamentable situación económica.
La respuesta radica en el modelo económico. En el caso cubano, se mantiene un bloqueo por parte de la primera economía mundial —aunque no es la única causa de sus resultados.

La economía cubana
En 2024 la situación de la economía fue muy desalentadora. Nada cambió en datos concretos respecto al año 2023. Y en 2025 está en su peor momento. Se repiten los mismos desequilibrios y distorsiones de los últimos años, básicamente:
- Alto déficit fiscal, aunque en 2024 hubo una cierta disminución con respecto a 2023.
- Exceso de emisión monetaria. No logra recuperarse vía ingresos al presupuesto estatal por la baja oferta estatal de bienes y servicios.
- Producción sobremanera limitada. Retrocesos en los últimos años en la agricultura y en la industria.
- Sensibles limitaciones en la llegada de combustible en 2024 y 2025.
- Dado el endeudamiento externo, se reciben pocos créditos. La balanza en cuenta corriente es negativa.
- La zafra azucarera es una de las más baja de los últimos cien años. De un plan reducido en 2025, solo se cumplió el 40% Esto ha llevado a importar azúcar para tratar de cubrir las necesidades internas.
- Continuo deterioro del poder adquisitivo de los salarios y pensiones. A pesar de algunos incrementos, el ritmo de la inflación los supera.
- La otrora canasta básica experimenta grandes dificultades para el completamiento a las familias cubanas. Se puede decir que ya no existe.
- Incumplimientos de los ingresos de los principales rubros exportables— níquel, azúcar, miel, ron y camarones.
- Turismo en retroceso desde 2022. No se cumplen los pronósticos, hay una pérdida del 25% en agosto de 2025 respecto a 2024 en el número de visitantes internacionales.
- El país está sometido a largos apagones desde 2024, pero con más déficit eléctrico a partir de 2025. Se ha producido un colapso eléctrico en cuatro ocasiones.
Los anteriores indicadores permiten afirmar que la economía cubana está muy cerca de la bancarrota. Las autoridades toman medidas que no favorecen la superación de esas tendencias negativas.
Aunque para el segundo semestre de 2025 se han anunciado algunas medidas, como lograr una tasa de cambio más fundamentada, la realidad hace improbable su cumplimiento.
El siguiente gráfico puede demostrar el panorama que se presenta desde 2019, aunque incluye los efectos de la Covid 19:
Gráfico 1: PIB por actividad económica a precios de mercado constantes en %
El déficit fiscal es bastante alto, aunque en 2024 se hizo un esfuerzo para bajarlo reduciendo los gastos debido a inejecuciones del presupuesto asignado para las inversiones, y a la falta de materiales para las actividades asignadas al sector presupuestado.
Gráfico 2: Déficit fiscal en relación con el PIB
Cuba presenta una inflación galopante cada año, según se puede observar en el siguiente gráfico del índice de precios al consumidor. El incremento de los precios está afectando a la población en general, pero sobre todo a los jubilados o pensionados y a los trabajadores presupuestados como los de Educación, Salud y la Administración Pública, entre otros.
Gráfico 3: Índice de precios al consumidor
La economía vietnamita
Vietnam está demostrando una ambiciosa transformación estructural. Desde 2025 ha lanzado reformas más integrales a partir de los históricos cambios de aquel Doi Moi de 1986:
En la novena sesión de la Asamblea Nacional, en junio de 2025, el gobierno abordó una amplia gama de problemas, incluidos la electricidad, la regulación de datos, los derechos de los nacionales duales y la reforma agraria.
Con el Doi Moi 2.0, Vietnam está experimentando un cambio rápido de anuncios a resultados, evidenciado por 34 leyes aprobadas en junio de 2025 y por amplios cambios administrativos.
Las reformas se basan en cuatro pilares: Resolución 57 (ciencia y tecnología), Resolución 59 (inserción más profunda en cadenas de suministro globales de alto valor añadido), Resolución 66 (eliminar reglas superpuestas para finales de 2025 y digitalizar un marco legal transparente para 2030), y Resolución 68 (el sector privado ascendido a "la fuerza motriz más importante", con un objetivo de 2 millones de empresas y al menos 20 campeones nacionales. [1]
La Resolución 57 se centra en el avance tecnológico, especialmente en ciertos sectores priorizados. El gobierno tiene como objetivo aumentar el gasto en I+D, atraer expertos extranjeros y tomar otras medidas con el fin de impulsar aún más las exportaciones tecnológicas y crear cinco empresas de tecnología digital de nivel mundial para 2030.[2]
La Resolución 59 busca afianzar a las empresas vietnamitas en los niveles de mayor valor agregado de las cadenas de suministro globales mientras desarrolla continuamente, atrae más capital hacia los mercados internos y más firmas financieras internacionales y expertos.

La Resolución 66 ordena una revisión integral del marco legal a nivel sistémico que para finales de 2025 eliminará las reglas superpuestas y contradictorias/inconsistentes con el objetivo de permitir que tanto al sector público como el privado logren mejores resultados.
La Resolución 68 eleva el emprendimiento como un pilar de la identidad nacional. Ahora los emprendedores se ven como "nuevos guerreros en el frente económico" con el mandato explícito de impulsar un mayor crecimiento del sector privado. Bajo la Resolución 68, el sector privado se eleva de un mero "componente" a "la fuerza motriz más importante de la economía.
La estrategia para acelerar su crecimiento tiene dos frentes: cultivar 20 campeones nacionales, así como el crecimiento de empresas más pequeñas. El gobierno tiene como objetivo duplicar el número de PYMES en Vietnam, de 1 millón a 2 millones para 2030, y fomentar el crecimiento del sector de PYMES y de convertir los negocios informales familiares en PYMES debidamente registradas integradas en el sistema fiscal formal.

Y mientras Cuba abraza la centralización y el poder creciente de las hipercentralizaciones, con su nueva estrategia 2.0 Vietnam apunta a lo siguiente: [3]
- El sector privado es lo primero. Hacer de la empresa privada "la fuerza motriz más importante" de la economía. Un cambio fundamental con respecto a los enfoques históricos.
- Racionalización burocrática. Reducción de los ministerios de 18 a 13. Reducción de 63 provincias a 34 y de la burocracia administrativa en un 30%
- "Transformar para reformar, optimizar para movilizar". Pasar de la licencia previa a la aprobación a los sistemas de supervisión posterior mientras se reinvierten los ahorros en infraestructura, educación y tecnología.
- Campeones nacionales. Desarrollar 20 grandes empresas integradas en las cadenas de valor globales mientras se mantienen las presiones competitivas.
Las previsiones del crecimiento del PIB se elevan al 6,9% (2025) y al 7,4% (2026) con planes de crecer a mediano plazo superiores al 7% anual frente al 6% de la última década
Una selección de algunos indicadores macroeconómicos demuestra la viabilidad de la política económica seguida.
Por ejemplo, el Producto Interno Bruto —con la excepción del año 2020 por los efectos de la COVID 19—, no ha dejado de crecer anualmente.
Gráfico 4. PIB de Vietnam
Al comienzo de su reforma, Vietnam tuvo una hiperinflación. Sin embargo, las políticas del Estado pronto la revirtieron, según puede observarse en el siguiente gráfico:
Gráfico 5. Índice de precios al consumidor en % en Vietnam
Pero ante la necesidad de insertarse en la región asiática y el mundo, y de obtener los recursos necesarios para su desarrollo, se incentivaron las exportaciones de bienes y de servicios. Hoy Vietnam exporta 405 miles de millones de dólares. Cuando empezó su reforma, exportaba 1.7 miles de millones de dólares anuales.

Gráfico 6: Exportaciones de bienes y servicios en Vietnam.
Esos niveles de exportaciones permitieron que en 2012 su saldo comercial de bienes y servicios comenzara a ser superavitario, lo cual es válido en la actualidad.
Gráfico 7: Saldo comercial de bienes y servicios de Vietnam
A través de sus iniciativas de reforma, los líderes vietnamitas demostraron un pensamiento estratégico muy avanzado. Por contraste, el liderazgo cubano continúa defendiendo un modelo arcaico y empobrecedor que constituye el factor principal de la profunda crisis en la isla. Lo más triste es que hoy en Vietnam se organizan colectas monetarias para enviarlas a Cuba.
Ideas finales
El análisis sumario de algunas áreas de la economía cubana demuestra que no remonta períodos anteriores de mejor situación económica. Sin embargo, las autoridades no exponen con claridad las insuficiencias que presenta el esquema de planificación centralizado. Sigue en anuncio el llamado programa de estabilización macroeconómica..
Mientras, Vietnam continúa demostrando con sus indicadores económicos que el camino seguido otorgándole un papel importante al mercado les ha garantizado el éxito.
La situación económica cubana impone que el Estado acabe de tomar medidas redistributivas en la sociedad, dejar de subsidiar empresas irrentables recurrentes e incrementar las jubilaciones otorgadas antes del llamado ordenamiento monetario. Y terminar con los subsidios generalizados a todos los grupos sociales para beneficiar a los grupos sociales más bajos, entre otras medidas de corto plazo.
La solución que todos repiten consiste en implementar la reforma integral de la economía, una y otra vez pospuesta, y darle al mercado el papel que debe ocupar en una sociedad con tanta ineficiencia económica.
[3] Comentarios de Ricardo Torres sobre el articulo citado