La crisis de la economía cubana. Apuntes para una evaluación
Las dificultades que caracterizan en la actualidad a la economía cubana, son el resultado de la incidencia negativa de diferentes factores de naturaleza estructural y a las complejidades derivadas de la coyuntura económica por la que transita Cuba en estos momentos.

Las crisis han sido un aspecto consustancial en la evolución de la economía de la isla caribeña, lo que ha supuesto que el gobierno haya tenido que dedicar periodos prolongados de tiempo a la administración de estos desajustes.
Paralelamente, la capacidad para poder utilizar estos trastornos a fin de corregir determinados desequilibrios y falencias presentes en el diseño de las políticas económicas, ha sido por lo general insuficientemente aprovechada.
Se impone entonces asumir que las crisis son parte de los mecanismos que contribuyen a enfrentar las diversas fallas que acompañan el proceso de desarrollo, con independencia del sistema político de que se trate.
Naturaleza y principales características de la crisis
La economía cubana transita por una de las peores crisis que haya enfrentado durante los últimos 65 años. La complejidad de la actual coyuntura solo resulta comparable con las condiciones que fue necesario enfrentar a inicios de los años 90, aunque en términos de afectaciones directas a la población estas han sido superiores a las provocadas por aquella crisis.
De manera similar a lo ocurrido durante los 90, las complejidades y dificultades existentes dificultan indicar con un cierto grado exactitud en qué momento resultará posible superar la actual crisis. Esto ha propiciado que en el mundo académico se hayan generado diversas evaluaciones y propuestas acerca de cómo comenzar a salir de forma gradual de esas condiciones adversas.
Desde las ciencias económicas se han hecho múltiples propuestas sobre la necesidad de emprender una reforma integral y sistémica de la economía como única opción para poder corregir las diversas insuficiencias que han acompañado, las transformaciones necesarias introducidas al calor de la actualización del modelo económico (Carranza, 2024).
También se han elaborado recomendaciones dirigidas a lograr una mayor solidez en la readecuación del sistema empresarial estatal, así como la necesidad de avanzar en un tratamiento diferente al papel de las micro, pequeñas y medianas empresas del sector no estatal (Díaz, 2022).
Y han emergido aportes referidos al alcance e impactos de la crisis en ámbitos en los que tradicionalmente no habían tenido la incidencia que presentan en la actualidad, como ocurre con la problemática demográfica (Albizu Campos, 2024).
En efecto, la problemática demográfica se ha transformado en uno de los aspectos novedosos de la actual crisis, en tanto convergen de forma simultánea un descenso significativo de la población en el período 2019-2024 de 1,4 millones de personas, una situación migratoria en extremo negativa, un saldo migratorio negativo y un mayor número de disfunciones a los nacimientos. Se prevé que se mantenga negativa la tasa de reemplazo y que el descenso de la población podría ser superior en los próximos años (Aja, 2025).
Finalmente, una de las evaluaciones de la crisis actual que ha recibido un creciente reconocimiento en el ámbito académico ha sido la propuesta hecha por Mayra Espina (Espina Prieto, 2023): enfocar la coyuntura actual desde la incidencia simultánea de varias crisis.
Por consiguiente, se ha definido el contexto en que evoluciona la economía cubana como de multicrisis. Aquí tienen un peso importante los impactos de diferentes restricciones estructurales.
Evolución de la dinámica del crecimiento económico
La severidad de la crisis debe entenderse como un resultado de la convergencia en el tiempo de diferentes desequilibrios, entre otros, las complejidades que presenta la dinámica demográfica; el predominio de condiciones recesivas en la economía doméstica; los efectos acumulativos derivados de la pandemia de la Covid-19 y la crisis mundial que generó; las insuficiencias del diseño e implementación de diferentes decisiones de política económica, junto a la persistencia de diversas dificultades asociadas al conflicto que se mantiene desde hace más de sesenta años con los Estados Unidos.
La acción de estas limitantes impactó negativamente en la dinámica de crecimiento económico, y por consiguiente tendió agudizarse el déficit que ya acumulaba la economía cubana, al tiempo que provocó la emergencia de determinados problemas en la perspectiva del desarrollo.
Los ritmos de crecimiento obtenidos entre 2012 y 2024 tendieron a deteriorarse, pero más en específico a partir de 2019. La progresión media que se obtuvo en periodo 2012-2018 fue del 2,2%, mientras que los resultados conseguidos entre 2019 y 2024 acumularon un decrecimiento del -11,9%.
En consecuencia, se consolidó la tendencia al estancamiento de la economía, lo cual se reforzó en 2024 y se ha mantenido en 2025. Todo apunta a que esta situación podría prolongarse. Constituye un ejercicio complejo establecer con certeza en qué momento tocaría fondo la economía y/o cuándo se podría recuperar la senda del crecimiento económico de forma efectiva.
La tendencia al estancamiento ha adquirido determinada fuerza, por lo que se puede prever su perdurabilidad durante un cierto período de tiempo. La Comisión para América Latina de las Naciones Unidas (CEPAL) ha proyectado que la economía nacional decrecerá -1,5 en 2025, mientras que para 2026 ha previsto un desempeño favorable de tan solo el 0,1% (CEPAL, 2025, p. 123). Esto significaría que en este último año aún se conservarían las condiciones de crisis.
En suma, las dificultades de la economía cubana en la dinámica de crecimiento constituirán un proceso difícil de revertir en el corto plazo, ya que se acumulan desempeños negativos en la casi totalidad de sus ramas. En otras como la agroindustria azucarera el retroceso ha sido muy marcado.

Foto. Central Narcisa desmantelado.
En 2024 solo alcanzó el 2,7% del total producido en 1989. Este coeficiente representó en términos de volúmenes producidos apenas (160 000 toneladas), es decir, menos del 30% de la demanda de consumo de este rubro a escala doméstica (ONEI, 2025).
Por razones objetivas, las interconexiones sectoriales y ramales tendieron a debilitarse, lo que condujo a la reducción de los efectos de arrastres intersectoriales de varios sectores, en particular los provenientes del turismo. Su desempeño ha resultado muy inestable y se ha caracterizado por la proclividad decrecer los ritmos de crecimiento después de 2020.
En similar situación se encuentran las relaciones inter e intrasectoriales que se fomentaron en torno a la agroindustria azucarera, que se debilitaron sustancialmente a partir de 2002 con el desarrollo del redimensionamiento de este sector. Las posibilidades de remodelar el esquema prevaleciente de relaciones intersectoriales resultará en extremo complicado en los próximos años.
Las interrupciones recurrentes en el suministro de electricidad constituyen uno de los problemas que han incidido con fuerza en la dinámica de crecimiento de la economía. Estas intermitencias afectan sin excepción a todas sus ramas.

Labores de limpieza y remoción de escombros en la Central Termoeléctrica Antonio Guiteras.
Sin una solución de fondo a los problemas que enfrenta el sistema electro-energético nacional, es muy poco probable que pueda aspirarse a alcanzar una dinámica de crecimiento sostenible.
El gobierno elaboró un “Programa para la Recuperación del Sistema Electro-energético Nacional”, en el que se le concede en términos de corto plazo la mayor prioridad al aprovechamiento de las fuentes renovables de energía, en específico a las fuentes fotovoltaicas que se han estado desarrollando en un intenso proceso inversionista durante 2025.
Se espera que durante este año se logren construir 60 parques fotovoltaicos en todo en el país. Su aporte energético deberá alcanzar más 1 000 megavatios diarios. Para 2026 se ha previsto similar ejecutoria constructiva. La concreción de estos resultados sería un importante alivio a la crítica situación en la que se encuentra sumido el sistema electro-energético nacional.
Otras limitaciones
Otras de las limitaciones que enfrenta la economía es el incremento de restricciones para poder respaldar con recursos propios el desarrollo del proceso inversionista, al menos para amparar las labores constructivas. En 2024 solo se produjo cerca del 50% del cemento gris que se había producido el año precedente (ONEI, 2025). Algo similar a lo acontecido en la industria azucarera: pasar de exportadores a importadores netos.
En similar situación se encuentra la infraestructura física de la nación, en particular los viales. Su deterioro ha alcanzado proporciones inéditas. Y se traduce en que un coeficiente no despreciable se encuentra en un estado deplorable e intransitables.
![ChatGPT. (2025, 5 de octubre). Desempeño económico de Cuba por sectores (2018–2023) [Gráfico generado por IA]. OpenAI. https://chat.openai.com/ Esta imagen es una infografía titulada “Desempeño económico de Cuba por sectores (2018–2023)”, que presenta datos sobre la caída del Producto Interno Bruto (PIB) en distintos sectores de la economía cubana durante ese período. La economía cubana cayó en casi todos los sectores, destacando las mayores pérdidas en la industria azucarera, la pesca y la agricultura, según la ONEI.](/sites/horizontecubano.law.columbia.edu/files/styles/cu_crop/public/content/1b.jpg?itok=GHzcmj_f)
Fuente: Oficina Nacional de Estadística e Informática (ONEI)
Entre 2018-2023 se acumularon desempeños negativos en la casi totalidad de los sectores de la economía: la agricultura (-51,3%), la pesca (-52,7%), minas y canteras (-30,4%), industria azucarera (-67, 7%), industria manufacturera (-40,7%), electricidad, gas y agua (-23,8), intermediación financiera (-8,6%), ciencias e innovación (- 9,1%) y los servicios sociales (-11%) (ONEI, varios años).
Las dificultades que ha acumulado la economía cubana en la dinámica de crecimiento, han respondido también a la incidencia negativa de diferentes factores de naturaleza estructural y a las complejidades que se han derivado de la coyuntura económica por la que transita.

La caída sostenida en el arribo de turistas a la Isla en los últimos años, parece borrar la vida de muchas ciudades, como se evidencia en Trinidad y Viñales, por solo citar dos de ellas.
Se destacan en este punto los pobres niveles que ha mantenido la formación bruta de capital fijo (FBCF) y el peso determinante que han preservado los servicios en la estructura económica nacional. Sus avances estuvieron relacionados con la progresiva consolidación de la tendencia a la desindustrialización, el incremento de la dependencia importadora y la creciente obsolescencia tecnológica predominante en los diferentes sectores de la economía.
En estas condiciones, tendieron a empeorar los desequilibrios en el ámbito fiscal y monetario. Y reemergieron de manera acrecentada las tensiones vinculadas a las finanzas internacionales, en tanto se produjo la sustancial reducción de los ingresos externos. Ello provocó que la deuda externa se reubicara en cotas críticas, y se confrontaron grandes dificultades para poder honrar los adeudos acumulados. De hecho, este problema tendió a agravarse. Hoy representa uno de los principales que sufre la economía cubana. [1].
De igual modo, se convirtió en un componente consustancial el incremento significativo de las complicaciones para poder acceder a las diferentes fuentes de financiamiento internacional.
La evolución de este escenario generó la necesidad de transitar a un estadio en que la economía cubana debió enfrentar la persistencia de restricciones inéditas en término de disponibilidad de liquidez en divisas, lo que condiciona que su funcionamiento se verifica en virtual ausencia de reservas y sustentado en la creciente dependencia de los ingresos corrientes, en particular de aquellos adquiridos por exportaciones y remesas. Se han acrecentado los niveles de vulnerabilidad externa y ha tendido a reducirse sustancialmente la capacidad de maniobra del gobierno.
Entre las alternativas utilizadas por el gobierno estuvo apelar al incremento de la inversión extranjera. Sin embargo, la implementación de esta decisión no estuvo acompañada por la eliminación de problemas que inhiben a las compañías foráneas de insertarse en el mercado cubano, como es el caso de mantener las empresas empleadoras. Además, no se tomó en cuenta, con la preeminencia requerida, que las condiciones que presentaba la planta productiva cubana a inicios de los años 90 ya no era la misma.
Para concluir
Uno de los rasgos que caracteriza a la actual crisis es que podría prolongarse por un periodo de tiempo relativamente largo. No solo por los aspectos antes enumerados, sino porque también persiste una complicada situación económica y geopolítica a escala internacional con disímiles repercusiones en los diferentes países (CIEM, 2024).
En este escenario, podría producirse un mayor debilitamiento de los factores de movilización social, que aún conservan determinada relevancia en formación de los consensos.
Sin embargo, este último aspecto demandará de una reevaluación futura, dado que el desarrollo de la crisis ha contribuido a que evolucione su debilitamiento e incluso el cuestionamiento debido a la manera como las autoridades están enfrentando los problemas.
[1] La deuda externa acumulada al cierre de 2023 representaba más del 35 % del PIB a precios corrientes, y el pago demandaba más del 55 % de los ingresos obtenidos por concepto de exportaciones de bienes y servicios. Véase The Economist Intelligence Unit (EIU), Cuba, 2023.
Bibliografía
Albizu-Campos, J. C. (2024). “La policrisis y el poder que invierte en la relación entre política y economía”. Horizonte Cubano, Columbia Law School. https://tinyurl.com/5n65k38u.
Aja , Antonio (2025): “Cuba y su política de población para la atención a la dinámica demográfica”. Intervención Especial en el XV Seminario de Estudios del Trabajo, CIPS, La Habana, La Habana, 18 de septiembre.
Carranza Valdés, Julio (2024): Prólogo a Las empresas estatales cubanas. Situación y propuesta de transformación. Editorial Ciencias Económicas, La Habana.
CEPAL (2025): Estudio económico de América Latina y el Caribe. Movilización de recursos para el financiamiento al desarrollo. LC/PUB.2025/12-P, Santiago de Chile, 2025.
CIEM (2024): Informe de la evolución de la economía mundial en el 2023, La Habana.
Díaz Fernández, Ileana y Leandro Zipitría Deambrosio/Coordinadores (2024): Las empresas estatales cubanas. Situación y propuesta de transformación. Editorial Ciencias Económicas, La Habana.
ONEI. (2019). Anuario Estadístico de Cuba. 2018. ONEI.
ONEI. (2023). Anuario Estadístico de Cuba. 2022. ONEI.
ONEI. (2024). Anuario estadístico de Cuba. 2023. ONEI.
ONEI. (2025). Anuario estadístico de Cuba. 2024. ONEI.
Espina Prieto, Mayra. (2023): Conferencia magistral impartida en el Evento Anual del Centro de Estudios de la Economía Cubana, La Habana, 23 de septiembre.

Hiram Marquetti Nodarse. Graduado de licenciatura en Economía Política por la Universidad de La Habana. Inició su carrera profesional en el Instituto Superior de Dirección de la Economía, luego pasó a la Universidad de La Habana y en 1989 integró el colectivo que fundó el Centro de Estudios de la Economía Cubana, institución en la que permaneció hasta 2012, cuando pasó a formar parte del Centro de Estudios de la Administración Pública. Coautor de más de una veintena de libros, entre los que se destacan Reflexiones sobre la economía cubana, Administración pública y desarrollo económico local y Administración pública. Conceptos y realidades.