Entre el desarrollo y la desigualdad: familias cubanas receptoras de remesas con iniciativas privadas

Los efectos de las remesas en Cuba resultan paradójicos. Si bien han constituido un importante canalizador de desarrollo en la economía de las familias receptoras, también han influido en el incremento de las desigualdades sociales.

By Denisse Delgado Vázquez
University of Massachusetts, Boston

January 23, 2019

Redes sociales y de parentesco en los procesos migratorios

Durante los últimos años, a partir del relanzamiento de la iniciativa privada (2011), las remesas han desempeñado un papel significativo al estimular el desarrollo de iniciativas privadas en Cuba. Esta práctica se ha visto beneficiada también por los recientes avances en el acceso a redes sociales como Facebook, YouTube, Instagram, IMO y Snapchat. Desarrollar un negocio privado en Cuba ha sido el plan para algunos cubanos, tanto residentes en la Isla como en el exterior. Miembros de la diáspora han enviado remesas que funcionan como capital de trabajo. Sin embargo, el uso de este capital de trabajo ha tenido efectos paradójicos: se mueven entre el desarrollo y la desigualdad.

Efectos del uso de las remesas en el desarrollo de la economía familiar

La recepción de remesas genera impactos positivos en las economías de familias emprendedoras de negocios privados. El envío de productos caros, escasos o no disponibles en el mercado nacional, resulta de especial valor, sobre todo en restaurantes que brindan servicios de cocina gourmet, mexicana e italiana. De igual modo, han incrementado su clientela los restaurantes que han importado productos prelaborados para la preparación de platos internacionales.

El envío de equipos y nuevas tecnologías también dota a los negocios de los recursos necesarios para su desarrollo. El apoyo económico aportado por la diáspora ha favorecido la compra de casas, la renta de locales o el arreglo de construcciones donde aquellos se establecen. Consecuentemente, el apoyo ofrecido por los emigrados ha maximizado ingresos, mejorado condiciones de vida e incrementado la capacidad de consumo de los receptores de remesas.

Al mismo tiempo, quienes utilizan parte de las remesas o ganancias del emprendimiento privado para viajar al exterior, se han abierto a un nuevo mundo de conocimientos. Estos emprendedores aprenden prácticas gastronómicas, técnicas para elaborar productos, atención al cliente y dirección de negocios. Incorporan nuevos conocimientos que mejoran el servicio ofertado.

Como parte de las dinámicas que se producen en torno al movimiento de remesas, también llama la atención el hecho de que personas residentes en Cuba envían remesas al exterior. Al respecto, podría mencionarse dos tipos de dinámicas.

La primera se refiere a quienes envían dinero con el propósito de ayudar en los proyectos, necesidades y situaciones de familiares que viven en el exterior. Por ejemplo, apoyan el pago de estudios universitarios, deudas, renta, servicios de salud y/o ayudan al desarrollo de sus negocios.

La segunda muestra que algunos emprendedores que reciben remesas en Cuba envían ganancias de sus negocios al exterior. Luego que el capital de trabajo inicial ha generado ingresos, parte de esas ganancias son recuperadas por los familiares residentes en el exterior, que brindaron su apoyo económico. Algunos son inversionistas, patrocinadores y dueños de negocios a la sombra, pues no cuentan con figura jurídica para aparecer legalmente como tales en Cuba. Estos ejemplos muestran que las ayudas económicas adquieren un carácter multidireccional y se mueven en campos económicos transnacionales.

Efectos del uso de las remesas en la desigualdad social

Si bien el recibo de remesas favorece a las familias receptoras, se hacen visibles desigualdades sociales respecto a quienes no las reciben, o quienes reciben montos inferiores. El presente estudio muestra que los que emplean capital de trabajo en el desarrollo de iniciativas privadas forman grupos muy heterogéneos entre sí. Las familias estudiadas ocupan segmentos de medianos y altos ingresos en comparación con cubanos que reciben un salario promedio. Emerge un patrón de movilidad social ascendente, vinculado a altos ingresos. Ello trae consigo el surgimiento de nuevas necesidades, expectativas y estilos de vida.

Surgen nuevos actores y se observan cambios en las percepciones sociales. Algunos entrevistados en este estudio mencionaron ser percibidos como “otra clase social”, “millonarios” y “nuevos ricos”. Muchos dueños de negocio piensan, sin embargo, que se les otorga un estatus socioeconómico superior al que en realidad tienen. Estas opiniones reflejan diferencias entre las percepciones de los emprendedores receptores de remesas sobre sí mismos y la manera como los otros los perciben. Un reflejo, en definitiva, de cómo el fenómeno de las desigualdades socioeconómicas ha calado en la subjetividad social.

Debido al mayor acceso a Internet y medios de comunicación de los cubanos residentes en la Isla durante los últimos años, se han fortalecido las condiciones de intensidad, frecuencia y simultaneidad en que se produce la comunicación con sus familiares en el exterior. Esta relación más cercana y directa, junto al relanzamiento de la iniciativa privada, estimula el envío de remesas. Sin embargo, los efectos de las remesas resultan paradójicos. Si bien han constituido un importante canalizador de desarrollo en la economía de las familias receptoras, también han influido en el incremento de las desigualdades sociales. Esta realidad de dos caras presenta inmensos retos para las políticas en Cuba. En particular, requiere políticas para potenciar los efectos multiplicadores de las remesas en la economía familiar. Asimismo, reclama la disminución de la desigualdad social que deviene de la inequitativa distribución de las remesas.

http://www.anuariocemi.uh.cu/index.php/MMig/article/view/24/23

DDV Entre el desarrollo y la desigualdad (ed) + Access.pdf 207.27 KB