¿De qué depende la inflación y la recuperación de la economía cubana? (Parte II)

Pavel Vidal Alejandro

Omar Everleny Pérez Villanueva

Se distingue al sector biotecnológico y farmacéutico como posible impulsor del crecimiento y el lugar de donde podrían llegar recursos en divisas para rescatar a la economía de la actual crisis en la balanza de pagos.

February 03, 2022

Las huellas de la crisis en el aparato productivo  

Las autoridades económicas cubanas estiman que la economía creció un 2% en 2021. Ello representa un tercio del crecimiento promedio estimado por la CEPAL para la región y queda lejos de reponer la contracción de 10,9% en 2020. Además, se aprecia que en estos años de crisis se han agravado distorsiones estructurales históricas y aparecen nuevas vulnerabilidades.

En la estructura del PIB se refuerza la tendencia a la reducción del peso relativo de los sectores de bienes como agricultura e industria manufacturera, y de actividades de la construcción y el transporte, en una economía que por su grado de desarrollo requiere una contribución mucho mayor de estos sectores. En 2020 los servicios representaron el 72% del PIB cubano.

La formación bruta de capital se ha mantenido muy deprimida: cayó al 9,9% del PIB según datos de la ONEI de 2020, muy por debajo de la media latinoamericana (17,2%) y muy distante de aquellos países asiáticos que han emprendido una ruta acelerada hacia el desarrollo partiendo del mismo sistema socioeconómico, como es el caso de China y Viet Nam, pero también por debajo de economías como las de Corea del Sur o Costa Rica.

En el caso cubano, las inversiones también evidencian un alto grado de concentración en servicios, hoteles y en la administración pública. Se descuidan otros sectores. Los casos más llamativos son la industria manufacturera y la agricultura que, tal como se mencionaba, han perdido aporte al PIB, y en los tres últimos años sus desempeños decrecen. Esto se puede explicar, entre otros factores, por el bajo valor de las inversiones realizadas en estos sectores.

La agricultura y el turismo

La agricultura absorbe el 20% del empleo total y su aporte directo al PIB fue de 2,8 % en el 2020, un reflejo de la baja productividad y coincide con que gran parte de las empresas con números rojos en la economía se concentra en este sector.[i]

En la agricultura los cambios siguen siendo insuficientes. Se han flexibilizado los mecanismos de comercialización, pero sin que se lleguen a implementar verdaderos incentivos y señales de mercado para el sector agropecuario. Nada asegura que el cambio de la escala territorial (a los municipios) garantice el éxito de los mecanismos administrativos en la contratación y la formación de precios que no funcionaron a nivel nacional[ii]. A pesar de las 63 medidas que el gobierno cubano dice haber tomado en el sector, todavía ello no se refleja en resultados que lleguen a las metas que el propio gobierno planificó (ver Tabla 1).

La tabla demuestra las principales producciones agropecuarias y las discrepancias entre el plan y el estimado

Fuente: Ministerio de Economía y Planificación. Principales aspectos del plan de la economía nacional 2022, diciembre de 2021.

La producción azucarera, por su parte, alcanzó menos de 700 000 toneladas en 2021, unas de las más bajas de los últimos cien años. Múltiples son los problemas que atañen a tan bajos desempeños de ese renglón histórico. Si bien hay problemas de descapitalización y calidad de los suelos que se han venido acumulando por años, hay otros factores que parecerían superables en el corto plazo si se promueve la inversión y transformaciones en los principales cuellos de botella y se cambia drásticamente el sistema de incentivos a los productores, gerentes de las unidades estatales y sus equipos de trabajo, junto a los trabajadores.

En 2021 el turismo logró una pendiente de recuperación, aunque no en el escenario más optimista de marcado repunte, sino en uno mucho más moderado de lento despegue y todavía con mucha incertidumbre en cuanto a la evolución de la pandemia. Las cifras distan mucho de lo alcanzado años atrás. El año pasado (2021) debe haber cerrado con cifras por debajo de los 324 000 visitantes. Esto representa un 30% de lo recibido en 2020, cuando el país estuvo nueve meses casi sin turistas.

En 2021 las llegadas de estadounidenses a Cuba tienen valores irrisorios. Cierran con una de las cifras más bajas de los últimos veinte años con apenas unos 6 000; eso es el 10% de los que se recibieron en 2020. La llegada de cubanos residentes en el exterior totalizó unos 46 956 visitantes al cierre del 23 de diciembre; eso es el 33% de los que arribaron el año anterior. Un punto de apoyo ha llegado desde el aumento del turismo nacional que paga en CUP y se hospeda principalmente en hoteles de sol y playa, especialmente en los principales polos de desarrollo turístico como Varadero, la cayería norte de Villa Clara y Ciego de Ávila.

Se estima que en 2021 los ingresos en divisas por servicios de turismo serán de unos 675 millones. Y en los servicios de telecomunicaciones se prevén exportaciones por 786 millones dólares en el año 2021. En total, las exportaciones de servicios ascienden a 6 767 millones dólares, en 2021 y la de bienes a 1 875 millones de dólares.[iii]

El comercio exterior

El desempeño del comercio exterior sigue estando marcado por los límites impuestos por las sanciones estadounidenses, y se le añade este año el deterioro de los términos de intercambio, dado que la inflación mundial impacta el valor de las importaciones, sobre todo por el aumento de la factura de alimentos que tanto peso tiene en el balance comercial. La crisis en la balanza de pagos ha dejado al gobierno con menos divisas y acceso a financiamiento para sostener las importaciones y apoyar las exportaciones.

El desbalance comercial de bienes tipifica el desempeño del comercio exterior cubano a partir de 1959, y se mantiene hasta la actualidad, aunque los efectos reales son más serios a partir de 1991. Las exportaciones de bienes no han logrado despegar, a pesar de que siempre aparecen entre las prioridades de la agenda oficial. El caso más dramático se encuentra en el producto típico cubano del agro: el azúcar.

Los problemas de competitividad también tienen una expresión en la alta dependencia a la importación de alimentos, medicamentos y a una amplia variedad de bienes intermedios que han mantenido una participación superior al 60% del total de las importaciones, sin que se haya podido avanzar en la sustitución eficiente de algunas, un punto muchas veces declarado objetivo prioritario en la agenda oficial.

Una de las características de la economía es el peso de los servicios en el intercambio externo del país, lo cual hace que los déficits presentados en la balanza comercial de bienes se conviertan en superávits con la inclusión de los servicios. Pero en 2021 los servicios no parecen haber compensado el desbalance comercial, con lo que se agrava la crisis en la balanza de pagos.

Medico cubano vestido de blanco con mujer que tiene dos niños en los brazos

La situación financiera externa cubana ha llevado a que nuevamente la política oficial intente priorizar decisiones para estimular la obtención de divisas por parte de las empresas e instituciones. A pesar de la devaluación de la tasa de cambio, de la exhortación oficial a la sustitución de importaciones y a la generación de exportación, la presencia de una elevada centralización se mantiene como uno de los frenos más importantes para el cumplimiento de estos objetivos.

Las reglas de juego no han cambiado lo suficiente para las empresas estatales, a pesar de las numerosas medidas que el gobierno dice haber puesto en marcha. Constituye un ejemplo de cómo las decisiones asociadas a la reforma monetaria, en este caso, la devaluación de la tasa de cambio, por sí sola no basta para transformar el entorno en que operan las empresas, mejorar su competitividad y favorecer los resultados del sector externo de la economía. Una vez más: la reforma monetaria requiere políticas y cambios complementarios para que se materialicen sus beneficios.

La economía toca fondo y se recupera con asimetrías

Los datos del PIB trimestral revelan que la economía cubana ya tocó fondo y comenzó su recuperación desde el segundo trimestre de 2021. Después de estar decreciendo durante siete trimestres consecutivos (desde el tercer trimestre de 2019) el PIB regresó a tasas anuales positivas en el segundo y tercer trimestre de 2021 (todavía no están publicados los datos del cuarto trimestre).

En el segundo trimestre de 2021, el PIB creció un 7,9% en relación con el mismo período del año anterior. Ello estuvo impulsado por los crecimientos anuales de los sectores de educación (106%), hoteles y restaurantes (42,9%), salud pública y asistencia social (20,5%) y transporte, almacenamiento y comunicaciones (12,5%). En el tercer trimestre de 2021 el PIB creció 2,4%, impulsado esta vez por los crecimientos de los sectores de transporte, almacenamiento y comunicaciones (23,4%) y también salud pública y asistencia social (32,5%).

Si bien se trata de una recuperación promedio de la economía, quedan visibles las notables asimetrías ya mencionadas. Mientras los sectores referidos (todos concentrados en servicios) crecen a tasas de dos dígitos en los últimos trimestres, otros continúan contraídos también a tasas de dos dígitos. Por ejemplo, en el tercer trimestre todavía la agricultura se ubicaba con tasas interanuales de -11,6%, las pesca con -12,4% y la industria manufacturera con -10,2%. Tampoco toca fondo el comercio con -11,3% y la cultura y deporte con -13,3%. Hoteles y restaurantes, que había crecido significativamente en el segundo trimestre, se desplomó un 23,8% en el tercer trimestre.     

Para 2022 el Ministerio de Economía y Planificación espera un aumento del PIB del 4%, lo cual parece estar dentro del rango de lo posible. La recuperación del turismo, aunque gradual, junto a la inmunización gracias a las vacunas nacionales, permitirán evitar nuevas restricciones extremas a la movilidad interna y ayudarían a sostener la reapertura de aeropuertos y fronteras, aunque con flujos de visitantes que estarán determinados por la evolución de la variante Ómicron y otros desarrollos que pueda presentar la pandemia.

Aunque es difícil predecir las cantidades, se puede esperar cierto alivio para la economía a partir de que comiencen a fluir los ingresos por turismo al sector estatal y privado y lleguen más ayudas y remesas de la comunidad cubana en el exterior.

La apertura a PYMEs (pequeñas y medianas empresas), cooperativas no agropecuarias y trabajadores por cuenta propia en nuevas actividades le imprimirán un mejor ritmo de reactivación al empleo y a los ingresos de las familias, aunque matizado por un contexto macroeconómico complejo que limitará sus oportunidades y su rentabilidad. Las pymes comenzarán a impulsar la innovación, le añaden flexibilidad al tejido empresarial y contribuirán a la competitividad de las grandes empresas, tanto nacionales como extranjeras.

La apertura al sector privado facilita la necesaria reestructuración del sector estatal y el cierre o redimensionamiento de las empresas estatales que se han mostrado en pérdidas después de la devaluación de la tasa de cambio. Esta decisión constituye el complemento inmediato más importante para potenciar las ganancias de eficiencia que pueden derivarse del ordenamiento monetario.

La exportación de las vacunas nacionales parece que se va a constituir en un elemento importante de la reactivación económica.

En términos de valor de exportaciones, los medicamentos tuvieron su mejor momento en el año 2013, cuando llegaron a reportar ingresos por más de 600 millones de dólares, beneficiados por los acuerdos con Venezuela, dado que acompañaron la prestación de los servicios médicos en ese país. Sin embargo, al igual que el total de exportaciones, han presentado una caída, seguida de un estancamiento.

En 2019, antes de la pandemia, se reportaba un valor exportado de medicamentos de 267 millones, lo que significaba un 55% menos que el máximo alcanzado en 2013. Este es un valor cercano al de la exportación de azúcar o tabaco. Representaba el 13% del total de exportaciones de bienes del país, y un poco más del 2% del total de exportaciones de bienes y servicios.

Se distingue al sector biotecnológico y farmacéutico como posible impulsor del crecimiento y el lugar de donde podrían llegar recursos en divisas para rescatar a la economía de la actual crisis en la balanza de pagos. El préstamo del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE)[iv] sin lugar a dudas es una ayuda financiera importante y un voto de confianza internacional en el potencial de las vacunas cubanas.

El crecimiento económico del 4% este año y la mejora de algunos indicadores no serán suficientes para revertir el desabastecimiento de materias primas y de bienes de consumo, y no desligarán completamente a las empresas y a la población de un contexto económico de crisis e inflación, pero se distinguirán algunas señales de alivio.