La agroindustria azucarera cubana. Un testimonio
Ing. Octavio José Portuondo Botta.
Premio por la Obra de la Vida 2023
A partir de 2004 se implementa la Tarea Álvaro Reynoso, el colapso de la industria azucarera cubana. Las consecuencias fueron la pérdida de más del 90% de la fuerza de trabajo y la desaparición de centrales y bateyes.
En octubre de 1967 comencé a trabajar en el central azucarero Julio Antonio Mella, antiguo central Miranda, en la entonces provincia de Oriente. El Ministerio de la Industria Azucarera (MINAZ) asignó a 30 ingenieros la tarea de trabajar en la Empresa Azucarera de Oriente con vistas a la Zafra de los 10 Millones de toneladas de azúcar, el mayor plan propuesto después de 1959.
Aquellos inicios
Después de ser presentado al director y al jefe de cuadros, me llevaron al lugar donde iba a vivir a partir de ahora. Fuimos a conocer en el batey a Evangelita y Eutimia, un matrimonio muy popular que daba servicio de alimentación a un grupo de jubilados y trabajadores del central. Luego fuimos al central. Esta acción me demostró después de algunos años que para hacer buenas zafras es imprescindible que el personal que decide la zafra viva en el batey.
Cuando trabajé en Holguín, el central Antonio Maceo tenía mucho tiempo industrial perdido. Se hizo un estudio que reveló que el personal que decidía la zafra vivía fuera del batey. Ese año se hicieron 10 casas económicas en el batey y todos los parámetros mejoraron. En dos zafras se hicieron más casas y a partir de ahí el central salió de la lista de los centrales críticos.
El MINAZ tenía un plan de entrenamiento y seminarios muy bien concebidos para los nuevos ingenieros que llegamos a trabajar en los centrales azucareros. En el período de reparaciones el objetivo era el conocimiento de cada equipo y su mantenimiento. En la zafra teníamos que hacer turnos y aprender a operar los equipos. En una ocasión ya estaban listas las calderas para taparlas, lo cual le informamos al jefe de maquinarias, le preguntamos si se podía dar la orden.
Después de cumplir el programa me asignaron tres trabajos:
- Montaje y puesta en marcha de una bomba de agua para el batey.
- Construcción y montaje del 5to. molino tándem A, tren de engrane y máquina de vapor.
- Proyecto para utilizar carros de ferrocarril sin mallas para transportar caña picada por centros de acopio. (Los resultados de la prueba fueron buenos, se informaron al MINAZ, pero nunca obtuvimos respuesta).
Al igual que en el central Mella, en el Salvador Rosales aprendí muchas cosas de los viejos trabajadores. Hablo de la sabiduría que se trasmite de generación en generación de la gran familia azucarera, que debe ser trasmitida a todo el que venga a trabajar en la elaboración del azúcar.
Los 70 y después
De 1971-1975 apliqué una política de reparaciones con la ayuda de la Empresa Azucarera de Oriente, el MINAZ y mucha gente con experiencia. Como resultado llegamos a moler por encima del 90% de la molida potencial.
En esa etapa el central Urbano Noris molió en 100 días 100 millones de arrobas de caña. Trabajé primero como jefe de maquinarias del central López Peña, antiguo Baguanos, y después como técnico regional de Holguín.
Un listado de las medidas que coadyuvaron a moler por encima del 90% de la molida potencial sería el siguiente:
- Desarme completo del central.
- Planificar la entrega de caña para la molida potencial.
- Moler caña con no menos de 13 meses.
- No moler hasta que estén terminadas las reparaciones y se haya probado el central.
- Certificar la reparación de cada equipo por mecánicos y responsables de áreas.
- Enmarcar la zafra en el período de mayor rendimiento. Terminación, como máximo, el 25 de abril.
- Nunca autorizar sacar miel B. En caso necesario, sacar semilla.
- Remoción: no más de 24 horas. (Tiempo transcurrido desde la entrada de caña al central y la salida de azúcar producto de esta caña).
- El rendimiento de caña por hectárea debe de ser de 54 t o más.
Cuando se produjo la nueva División Político-administrativa en Cuba (1976) fui seleccionado subdirector técnico del MINAZ en Guantánamo. Un territorio pobre en inversiones y muy cerca de la base naval de Guantánamo. El MINAZ rompió el hechizo y plantó al lado de la cerca de la base naval la terminal de azúcar a granel Boquerón.
Un salto se produjo entre 1976-1979, cuando comencé a trabajar como jefe del Departamento de Equipos Tecnológicos, de la dirección de mantenimiento del MINAZ.
Presenté a la Dirección de Mantenimiento el proyecto de trabajo para el Departamento de Equipos Tecnológicos. Después de su análisis y de incluir el desarrollo de tuberías plásticas en la industria, finalmente fue aprobado por el MINAZ.
Los resultados principales fueron bajar el tiempo perdido por roturas e interrupciones operativas y el aumento de la eficiencia por las innovaciones tecnológicas orientadas por el MINAZ para los equipos tecnológicos.
Las tareas principales que decidieron la entrega del central y que empezara a moler en 1981 fueron .
- La reprogramación total de la obra.
- La implantación de un sistema de pago por trabajo realizado.
- Se produjo una reorganización del trabajo (11 días de trabajo y 3 de descanso).
- Se rediseñó el comedor para ofertar 1 000 comidas por hora.
- Se priorizaron la construcción del almacén de azúcar a granel (almacén general provisional) y la pesa de camiones (pago de cemento a granel).
- Se creó una brigada para fiscalizar los parámetros de calidad de cada objeto de obra en proceso y terminadas. Esta brigada respondía a mí directamente.
Una muerte anunciada
La estructura de dirección para producir azúcar siempre había sido la siguiente: administrador, jefe de maquinaria, jefe de fabricación, jefe de laboratorio, jefe de transporte, jefe de abastecimiento y jefe de oficina (economía). Existía en todos los centrales de Cuba. El personal era altamente calificado y disponía de lo necesario para enfrentar cualquier problema. Yo fui jefe de maquinaria con esa estructura. Pienso que para volver a ser eficiente hay que regresar a ella.
En 1982-1983 se crearon los complejos agro-industriales. Primer problema: no se debe ser juez y parte. Segundo: el 90% de los directores eran agrícolas.
A partir del cambio de estructura cae la producción cañera, y lo más importante es que no se ha podido revertir esta situación. A mi modo de ver, sus principales causas son las siguientes:
- Crear una sola estructura para dirigir la producción cañera azucarera.
- Todos los cuadros, técnicos y especialistas conocedores de cómo producir azúcar, pasaron a un segundo nivel.
- Desapareció la estructura que conocía la manera de producir azúcar con calidad en los centrales azucareros.
- Cerraron el ICINAZ (Instituto Cubano de Investigaciones Azucareras).
- Los centrales se diseñaron siempre para moler las 24 horas del día. Programar la molida al tiro de caña es una muestra de ignorancia. Un central no se puede estar parando en el día.
- Total desabastecimiento de materiales y equipos para las reparaciones, es decir, falta de inversiones.
- Moler caña por encima del 60% del área total sembrada y moler caña con menos de 13 meses disminuye los volúmenes de caña en más del 20% anual.
- Incumplir los planes de siembra, utilizar semillas de baja calidad y no cubrir los parámetros técnicos establecidos para la siembra es otro problema.
- Total desatención a los bancos de semilla.
- El alto nivel de maleza en los campos, influyó 16% en los rendimientos cañeros.
A partir de 2004 se implementa la Tarea Álvaro Reynoso, el colapso de la industria azucarera cubana. Los precios del azúcar cayeron en picada y fue necesario paralizar el 50% de los centrales.
Lo correcto hubiera sido preservarlos. Y lo más importante: preservar la fuerza de trabajo, la experiencia e inteligencia acumuladas. Los resultados fueron la pérdida de más del 90% de la fuerza de trabajo y la desaparición de centrales y bateyes.
Cómo revertir el decrecimiento de la caña
He presentado un proyecto a la dirección nacional de AZCUBA consistente en mantener limpia (sin malezas) 2 hectáreas (limpia manual con azadón) de caña sembradas durante 120 días. En ese período de tiempo la caña debe cerrar, el follaje de la caña no permite que entre el sol y los nutrientes del suelo son solo para la nueva caña. Un estudio del INICA STGO ″Rendimientos mínimos potenciales en las tres provincias del sur oriental” arrojó los siguientes resultados:
- Guantánamo 81,0 t de caña por hectáreas.
- Santiago de Cuba 74,6 t de cana por hectáreas.
- Granma 71,9 t de caña por hectáreas.
Y pagar por obra terminada. Un hombre mantiene limpia el área. Hay que mantener limpias 2 ha de caña hasta que cierre, certificando que el área se haya mantenido así todo el tiempo. Y no utilizar herbicidas, fertilizantes ni combustible.
Ingeniero Octavio José Portuondo Botta. Jubilado. Ha desempeñado diversas responsabilidades en la industria azucarera cubana. En febrero de 1969 fue nombrado jefe de maquinarias del Salvador Rosales, antiguo central Algodonal. En la zafra del 70 fue jefe de maquinaria del central Loynaz Echavarría, antiguo Alto Cedro (Marcane). En 1979 fue nombrado subdelegado de la provincia Granma. Y luego dirigió la Empresa de Construcción y Montaje de la misma provincia.